Ser frágil no significa en absoluto ser débil. Es por encima de todo, ver y entender la realidad desde una perspectiva más íntima, desde el propio corazón.
Sin embargo, ello trae a su vez un complejo reverso: el de la vulnerabilidad emocional. Para proteger este interior delicado suelen blindarse con distintas corazas.
Hay quien demuestra un carácter fuerte y enérgico, marcando límites. Son personas que, en ocasiones, parecen estar en guerra con el mundo.
Sin embargo, y esto hemos de tenerlo en cuenta, quien está siempre en guardia acaba agotado por tanto desgaste psicológico y emocional. Porque quien entiende la vida como una autodefensa continua lo único que acumula son sufrimientos.
Recuerda: Ser frágil no es ser débil es tener una percepción interna más intensa sobre lo que te envuelve. Cuida de tu autoestima y saca provecho de esta capacidad.
¡Cada día es una nueva oportunidad!