Los moscos y mosquitos pican porque son insectos hematófagos y les fascina la sangre de los mamíferos, en especial la de los humanos, los cuales tenemos el atractivo especial de tener una piel desnuda, suave, descubierta de pelo; ideal para ser picados sin estorbos (¡imagínese lector! el trabajo que les cuesta a los mosquitos picar a un armadillo, a un oso o un perro lanudo, y aún así se las ingenian) por lo que podemos llegar a la conclusión de que los humanos fuimos diseñados para alimentar a los mosquitos sin problemas.

A todos nos choca el fuerte y agudo sonido de un mosco circundando nuestra cabeza en la tranquilidad de la noche cuando estamos acostados y sentimos terror cuando de pronto el zumbido se vuelve silencio, señal de que ya nos está arponeando; por lo que damos un manotazo a lo tarugo, pues por la anestesia que estos insectos nos inyectan, no sabemos aún dónde nos está picando; volvemos a escucharlos revoloteando y nos levantamos a darles “cran” inmediatamente. Si tenemos suerte de aplastarlos con las palmas de las manos, nos quedará en ellas un charquito de nuestra propia sangre que salió de las entrañas del occiso.

Nadie, sin embargo, se pone a pensar que estas criaturas también tienen derecho a comer; si los amáramos, no nos enojaríamos de ofrecerles nuestra piel para que se alimenten; pero como ni los amamos ni les encontramos ninguna utilidad práctica, mejor los exterminamos. Los moscos se crían en charcos y cuerpos de agua dulce acumulada durante días, semanas o años; su hora favorita para atacar es al atardecer, poco antes de que oscurezca, que es cuando salen absolutamente hambrientos a buscar víctimas a las cuales les chupan la sangre inmisericordemente. Por ello, la forma más segura de ser picoteado por moscos, es pararse al atardecer en un sitio húmedo o cercano a algún cuerpo de agua. Peor aún si vamos con poca ropa: seremos botín de muchos mosquitos. A menos que nos hayamos aplicado Tintura en todas las áreas susceptibles de ser picadas.

Para los piquetes de moscos, nada mejor que untarse de inmediato la tintura, ya sea líquida o en gel. Líquida hay que aplicarla con un cotonete o algodón en la roncha; en gel, simplemente aplicarlo y frotar suavemente. Con esto desaparecerán rápidamente roncha y comezón.

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