Las acciones cotidianas positivas pueden hacer una diferencia en la salud cerebral, hasta bajar el riesgo de deterioro cognitivo y posiblemente el Alzheimer y la demencia. Incorpore algunos o todos estos hábitos a su vida para ayudar a mantener un cerebro saludable.
Desafíe su mente
Sea curioso. Ponga su cerebro a trabajar y haga algo que sea novedoso o difícil para usted. Aprenda una técnica nueva. Intente algo artístico. Desafiar su cerebro puede tener beneficios de corto y largo plazo para su cerebro.
Quédese en la escuela
La educación reduce el riesgo del deterioro cognitivo y la demencia. Aliente a sus hijos a quedarse en la escuela y perseguir el nivel más alto de capacitación posible. Continúe su propia educación al tomar una clase en su biblioteca local, universidad o en línea.
Muévase
Haga ejercicios con regularidad. Esto incluye actividades que aumentan su ritmo cardíaco y aumentan el flujo sanguíneo al cerebro y el cuerpo. Busque maneras de incorporar más movimiento en su día – caminar, bailar, trabajar en el jardín – ¡lo que más le convenga!
Proteja la cabeza
Ayude a prevenir las lesiones cerebrales. Use un casco al hacer actividades como montar en bicicleta y use el cinturón de seguridad. Protéjase al jugar deportes. Haga lo que pueda para prevenir las caídas, especialmente para adultos mayores.
Diga no al tabaquismo
Dejar de fumar puede bajar el riesgo de deterioro cognitivo hasta niveles similares a aquellos que no han fumado. Nunca es demasiado tarde para dejar de fumar.
Controle su presión arterial
Los medicamentos pueden ayudar a bajar la presión arterial alta. Y hábitos saludables como comer sano y la actividad física pueden ayudar también. Trabaje con un proveedor de cuidado de salud para controlar su presión arterial.
Maneje la diabetes
La diabetes tipo 2 se puede prevenir o controlar al comer más sano, aumentar la actividad física, y con medicamentos, si sean necesarios.
Coma sano
Comer comidas más saludables puede ayudar a reducir su riesgo de deterioro cognitivo. Esto incluye más vegetales y carnes/proteínas más magras junto con comidas que son menos procesadas y más bajas en grasa. Escoja comidas y antojitos más saludables que disfruta y que tenga disponibles. ¡Convierta el comer sano en un hábito!
Mantenga un peso saludable
Hable con su proveedor de cuidado de salud sobre el peso que es saludable para usted. Un peso saludable es importante para la salud cerebral y corporal. Otros hábitos saludables en esta lista – comer sano, la actividad física y dormir bien – pueden ayudar a mantener un peso saludable.
Duerma bien
El sueño de calidad es importante para la salud cerebral. Apague las pantallas antes de acostarse y asegúrese que su espacio para dormir sea lo más cómodo posible. Haga todo lo que pueda para minimizar interrupciones. Si tiene algún problema relacionado con el sueño, así como la apnea del sueño, hable con un proveedor de cuidado de salud.
Los 4 pilares de la salud mental
La mente bien alimentada
El cerebro es el órgano metabólicamente más activo del cuerpo. Aunque el cerebro solo representa alrededor del 2 % de su peso, utiliza el 20 % de la energía del cuerpo cuando este está en reposo3. Ya que la energía proviene de los alimentos que comemos, una buena alimentación puede contribuir a la salud del cerebro.
La mente mentalmente activa
Al igual que nuestros músculos, también podemos entrenar nuestro cerebro para mejorar su rendimiento. Cuanto más activo esté nuestro cerebro a lo largo de toda la vida, más fácil nos será mantener nuestro rendimiento mental cuando nos hagamos mayores. Los expertos lo llaman “reserva cognitiva”
La mente socialmente conectada
Tomar una taza de café con un amigo puede ser una forma agradable de pasar una mañana, pero también puede ayudar a su cerebro. Los humanos disfrutamos del contacto con los demás. Nuestra familia, amigos y comunidad nos brindan un apoyo social esencial. A la vez, las actividades sociales también son exigentes desde el punto de vista cognitivo, por lo que nuestras redes sociales nos apoyan al tiempo que desafían a nuestros cerebros.
La mente físicamente activa
Mantenerse físicamente activo no solo es bueno para el cuerpo, también la mente se beneficia de un buen entrenamiento. Es probable que el ejercicio afecte al cerebro de varias maneras. Por una parte están los efectos directos: el ejercicio aeróbico aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, dándole un impulso; además, el ejercicio genera factores de crecimiento que se consideran protectores para el cerebro. Por otra parte están los efectos indirectos: el ejercicio regular se vincula a la mejora de los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, incluyendo la pérdida de peso y un mejor control de la glucosa en sangre. Estudios en adolescentes, adultos, e incluso pacientes ancianos con demencia mostraron que el ejercicio puede mejorar el rendimiento cognitivo.
Zer-Hebrón
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